Augusto Pinochet. Iquique, mayo de 1992
Una noticia que debió tener resonancia nacional, pero que sin embargo la prensa más conservadora y reaccionaria de nuestro medio –cómplice del actual gobierno servilista de García– ha citado sólo marginalmente, es el tema de nuestro gas natural de los Lotes 56 y 88 del Yacimiento de Camisea, ubicado en el distrito de Echarate – La Convención – Cuzco.
El gobierno de García, siervo fiel de los grandes intereses de la burguesía, ha concretado quizá la traición más grande de nuestra historia contra el pueblo peruano: La entrega del control de la explotación, venta y exportación de nuestro gas natural a las transnacionales más grandes que controlan el sector energético en el hemisferio sur.
La explotación y venta del Gas extraído de las entrañas de nuestra tierra están bajo el control del CONSORCIO CAMISEA, conformado por las transnacionales Pluspetrol – 27.2%; Hunt Oil Company – 25.2%; SK Corporation – 17.6%; Tecpetrol – 10%; Grupo Sonatrach – 10% y Repsol YPF – 10%. Son estas transnacionales las que, bajo la fachada de CONSORCIO CAMISEA, le venden nuestro gas natural al CONSORCIO PERÚ LNG, conformado por Hunt Oil Company – 50%; SK Corporation – 20%; Repsol YPF – 20%; y Marubeni – 10%.
Como es fácil advertir, las transnacionales Hunt Oil Company, SK Corporation y Repsol YPF son dueños del 52.8% del CONSORCIO CAMISEA y del 90% del CONSORCIO PERÚ LNG; es decir estas transnacionales actúan como productoras, vendedoras y compradoras de un mismo bien; y mientras venden nuestro gas natural en el mercado interno para el consumo de todos los peruanos a US$ 3.21 dólares el millar de pies cúbicos (MPC ó BTU en siglas inglesas), ellas mismas se lo venden a US$ 0.53 dólares el millar de pies cúbicos, para luego, una vez fuera del territorio peruano, revenderlo al precio que realmente cuesta en el mercado internacional, es decir, entre US$ 6.70 y US$ 10 dólares el millar de pies cúbicos (Bolivia le vende gas a Brasil a US$ 6.70 el MPC y a Argentina a US$ 7.37 el MPC, sin intermediarios. Mientras que Trinidad y Tobago, cuya planta de Licuefacción es propiedad de Hunt Oil Company y Repsol YPF, le vende gas a Chile a US$ 10 el MPC).
Por la transacción del MPC a US$ 0.53 dólares, el Estado peruano recibirá sólo un ingreso de US$ 0.27 dólares por cada MPC vendido (US$ 0.16 por regalías y US$ 0.11 por Impuesto a la Renta); en cambio, si se vendiera el MPC de gas a precio internacional, se tendría, por ejemplo, que por US$ 6.70 dólares el MPC el Perú recibiría US$ 3.78 dólares (US$ 2.54 por regalías y US$ 1.24 por Impuesto a la Renta), por US$ 7.37 dólares el MPC recibiría US$ 4.17 dólares (US$ 2.80 por regalías y US$ 1.37 por Impuesto a la Renta) y por US$ 10 dólares el MPC el Perú recibiría US$ 5.66 (US$ 3.80 por regalías y US$ 1.86 por Impuesto a la Renta). Sin embargo, gracias a la suma irrisoria de 53 centavos de dólar, por la “venta” total de los 4.2 trillones de pies cúbicos (TPC o TCF en siglas inglesas) del Lote 88 del Yacimiento de Camisea, el Perú recibirá apenas US$ 1,135 millones de dólares de regalías e impuesto a la renta; en cambio, si se vendiera tomando como referencia el precio internacional del MPC, el Perú podría recaudar un total de ingresos que oscile entre los US$ 15,000 y 23,000 millones de dólares.
Pero el gobierno genocida de García no sólo esta vendiendo barato al Perú, sino que la venta de nuestros recursos naturales se hace a costa del hambre, la miseria y el progreso real de la sociedad peruana, que es lo principal; pues mientras el consumo interno de gas (consumo doméstico, parque automotor y generación de energía eléctrica barata) supera los 4.2 TCF que ya se están exportando, García engorda aún más a las transnacionales que, como “azote de Dios”, sólo traen miseria y desdicha a los pueblos oprimidos por donde pasan. Por ello, desde este espacio de acción saludamos la justa lucha de nuestros hermanos del sur del Perú por la soberanía de nuestro gas y respaldamos la propuesta de convocar a un paro nacional de 48 horas que se debatirá en Puno el próximo 17 de julio.
“Los hombres han sido siempre victimas necias del engaño y de la quimera, y lo seguirán siendo mientras no aprendan a descubrir cuáles son los intereses de clase, que se ocultan detrás de las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas, políticas y sociales”. (Lenin)